La adolescencia corresponde a uno de los ciclos evolutivos del ser humano, que no es universal y depende de la cultura en cuanto a su forma de transitarlo, incluso en algunas culturas no existe. Implica un amplio conjunto de procesos de cambio desde lo fisiológico, lo psicológico y lo social.
Ante la situación actual de pandemia, se le suma este desafío a los ya presentes para el adolescente y la familia en esta transición del individuo de la niñez a la adultez.
El adolescente está conformando su identidad adulta y el ingreso al mundo adulto por un lado es esperado, anhelado y deseado, pero por otro también es resistido ya que debe renunciar al mundo infantil, su identidad, cuerpo de la infancia, y también a los padres de la infancia, idealizados, omnipotentes.
Es importante para los padres tener esto más presente que nunca en este período de pandemia y cuarentena. A esto se le suma el aislamiento social que implica el alejamiento del grupo de pares, de los espacios de esparcimiento y encuentro social; espacios de referencia para el adolescentes que está conformando su identidad adulta.
Los padres deben tener en cuenta que es fundamental dar el ejemplo, si se pretende seguir ciertas normas sanitarias recomendadas por los organismos oficiales, los adultos como tales son los primeros que se deben adherir a ese nuevo conjunto de hábitos. También es fundamental la comunicación abierta y honesta entre los integrantes de la familia. Si el adolescente pregunta a sus padres si están preocupados, en caso de ser así, se debe reconocer la preocupación evitando el alarmismo, y explicando que se sabe que hay medidas a seguir y soluciones viables para sobrellevar las dificultades que se presentan. Es efectivo también recurrir a situaciones anteriores, a modo de ejemplo, que fueron resueltas de manera eficiente para de esa manera contrarrestar la ansiedad ante la situación de incertidumbre actual.
Los adolescentes tienen acceso a la información de contagio, propagación y medidas preventivas, y cuentan con la madurez para comprenderlo. Hablen abiertamente sobre lo que escucharon, leyeron y vieron sobre el tema. Pregunten que les preocupa y como se sienten. Validen sus sentimientos. Asegúrense de que obtienen información fiable y charlen sobre cómo puede la enfermedad incidir en sus vidas.
Impliquen a sus hijos adolescentes en las tareas de la casa, la limpieza, las compras, la elaboración de los alimentos, el cuidado de los hermanos menores o de los adultos mayores con los que convivan. Distribuir estas tareas los hace sentir valorados.
En los casos donde el rasgo omnipotente este muy marcado, por ejemplo en la creencia de que a ellos no les va a pasar nada grave porque no están dentro del grupo de riesgo, será necesario apelar a la empatía, explicándoles la importancia de evitar transmitir la enfermedad a las personas más vulnerables como los adultos mayores o las personas con enfermedades preexistentes. Si existen personas con esas características en la familia, es importante hacerlo notar al adolescente para que esa conexión afectiva le haga entender la importancia de respetar el protocolo sanitario.
En cuanto al uso de la tecnología, recordar que en estos momentos es una herramienta importante para todos para no caer en el aislamiento social, por el contrario es importante aprovechar este recurso para mantenernos en contacto con nuestros afectos. Para el adolescente será muy importante mantener el vínculo con su grupo de pares, teniendo esto en cuenta, cada familia tendrá que pautar el tiempo y forma de utilización de los artefactos.
Para finalizar se debe tener en cuenta que este artículo tiene como finalidad acercar ciertas recomendaciones que pueden ser de utilidad para transitar la cuarentena cuando hay adolescentes en la familia. Pero lejos de generalizar, sabemos que cada familia y cada adolescente tienen sus características y realidades particulares. Cada uno deberá evaluar su situación y en caso de ser necesario debe buscar apoyo de profesionales cualificados.