Hace unos días tuve la oportunidad de participar en la Conferencia: «Efectos de la pandemia en la clínica» brindada por el Grupo Lacanianao Montevideo GLM, en el que me vengo formando en Psicoanálisis Lacaniano hace ya varios años.
Una de los temas abordados que me resultó muy interesante es cómo la pandemia se convierte en un producto de consumo, es decir cómo se han producido nuevos «nombres» a las fuentes y manifestaciones de angustia, que ayudan a dar explicación de su origen y por lo tanto disminuirla.
En la medida que puedo decir que me aqueja este u otro síndrome, hay una explicación tangible.
Pero la angustia es angustia, y en ese generalizar su origen se pierde lo singular de cada sujeto.
Algunos síndromes mencionados son: el de la Cabaña, el de la Cara Vacía y el de la Hafefobia.
Síndrome de la Cabaña
Primeramente es importante entender que no debe asociarse este Síndrome a una enfermedad mental.
Síndrome se refiere al conjunto de síntomas y reacciones (emocionales, cognitivas y motoras) que experimenta una persona luego de transitar cierta experiencia vital.
Este síndrome no es nuevo, pero ha adquirido relevancia debido a la emergencia sanitaria.
En este contexto alude al temor y vivencias desagradables ante la exposición real o imaginaria a la posibilidad de salir del contexto actual, optando por la auto reclusión que brinda sensación de seguridad y control.
Síntomas: cognitivos ( pensamientos catastróficos, anticipación a que algo ocurra mal, etc); fisiológicos: taquicardia, sudoración, respiración acelerada y superficial, hormigueo en las extremidades, nerviosismo e irritabilidad, desorden del sueño; motrices: evitación y escape de concurrir a lugares, no querer volver al trabajo, evitar contacto social presencial, cancelar planes previstos, reestructura de la vida en función de estas evitaciones.
Hay mucho más para mencionar sobre esta condición.
Síndrome de la Cara Vacía
El psicólogo José Galiani afirma que llevar la cara tapada durante largos períodos de tiempo ha comenzado a afectar la interacción social.
📍Ya que «oculta una parte importante de los signos que ayudan a distinguir las emociones».
📍 Según este colega la clave reside en tomar conciencia de que distancia física y uso de mascarillas no es sinónimo de distancia emocional.
📍Este Síndrome se identifica por un conjunto de síntomas psicoemocionales ocacionados por dejar de tener puesta la mascarilla, lo que provocaría una sensación de vulnerabilidad a la enfermedad, así cómo el malestar generado al ver a otras personas sin mascarilla.
📍Pero es importante destacar que al haber muchos tipos de personas también hay una gran diversidad de reacciones ante las restricciones impuestas por la situación sanitaria.
Síndrome de Hafefobia
La Hafefobia es el miedo muy marcado, persistente e irracional a ser tocado (o la posibilidad de) por otras personas.
📍 Algunas personas lo manifiestan con una intensa reacción de ansiedad anticipatoria ante una consulta con el médico, por ejemplo.
📍La persona entiende que es una respuesta excesiva y dramática pero aún así no puede modificarla y busca evitar la situación que la genera.
📍En algunos casos el miedo aparece no solo con desconocidos sino también con miembros de la familia.
📍Los síntomas se dan en las tres áreas de respuesta a la ansiedad: nivel cognitivo (miedo a enfermar, a perder el control, a morir, preocupación y anticipación, obsesiones y falta de concentración); nivel físico (palpitaciones, sudoración, mareos, opresión en el pecho, molestias gastrointestinales, entumecimiento en las extremidades, entre otros) y a nivel motriz (llanto, movimientos repetitivos sin una finalidad concreta, aumento del apetito, aumento del consumo de alcohol u otras sustancias, morderse las uñas, bruxismo, entre otras).
📍El miedo irracional al contacto físico daña tremendamente las relaciones sociales.